miércoles, 16 de agosto de 2023

Actuación del Taller de Empleo en el depósito: subsanación de grietas y pintura

 


El comienzo de las obras para el suministro de agua potable en Vall de Almonacid data de 1962 gracias a las gestiones administrativas realizadas por los hermanos Miguel y Jesús Pérez Rodríguez con el Ministerio de Obras Públicas cuando regentaban diversas cervecerías en Madrid, además del adelanto de una parte importante del presupuesto para el comienzo. Luego el Ayuntamiento se lo iba devolviendo conforme iba llegando el dinero de la Administración.

Construcción depósito antiguo

Como el Ayuntamiento tenía que devolver los plazos a la Diputación y también a este señor; los vecinos participaron en su ejecución trabajando sin sueldo, cavando las zanjas para conducciones de agua y desagües, dentro de la población, para así ir amortiguando lo que tenían que pagar. Los que no vivían en el pueblo, pero tenían casas, pagaban los jornales que les correspondían por vivienda.

Depósito antiguo

Vall de Almonacid pudo disfrutar antes que muchos otros pequeños pueblos del servicio del agua potable en las viviendas y potenciar la transformación de estas, baños, cocinas, etc. En septiembre de 1963 concluyeron las obras del depósito y la canalización del agua potable con un grifo por cada casa y una fuente en la carretera.

Fuente de La Rodana

A finales de los años noventa, bajo el mandato del alcalde José Manuel Pérez Blay se construyó el actual depósito de agua. No obstante, dicho depósito presentaba un estado de deterioro debido al paso del tiempo y a las inclemencias meteorológicas y se decidió que el Taller de Empleo Vall de Almonacid IV actuara en las paredes exteriores ya que mostraban grietas y desconchones que afectaban a su aspecto. Por ello, se decidió poner en marcha un proyecto de rehabilitación que contara con la participación de los dos certificados: albañilería (EOCB0208) y pintura en construcción (EOCB0311).




Mientras estábamos en el primer certificado, reparamos las grietas y los desperfectos, siguiendo las indicaciones técnicas y los criterios del equipo formativo. Se utilizaron materiales adecuados a cada tipo de superficie, como morteros, resinas o masillas.




El proceso consistió en abrir y limpiar las grietas, rellenarlas con el material adecuado, nivelar, alisar la superficie y dejar secar el producto. De esta forma, se consiguió restaurar la estabilidad y la estanqueidad de las estructuras dañadas. Con el segundo certificado se procedió a pintar las paredes del depósito, una vez reparadas las grietas. Se emplearon pinturas especiales para exteriores, que resistieran las condiciones climáticas y ambientales.




El siguiente proceso consistió en preparar la superficie, aplicando una capa de imprimación o fijador, elegir el color y el tipo de pintura adecuados, proteger las zonas que no se iban a pintar y aplicar la pintura con rodillo o brocha. De esta forma, se consiguió mejorar el aspecto y la durabilidad del depósito.


Gracias a este proyecto, se ha logrado rehabilitar el depósito municipal, dotándolo de una imagen más cuidada y digna.








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